Soy actor, después de veinte años viviendo de esto puedo decirlo sin pudor. Estudié interpretación en la escuela de Cristina Rota, allí me formé con muchos de los que ahora forman la generación de actrices y actores a la que pertenezco.

Considero este oficio, al que llegué por vocación, un entramado de técnica, cuerpo y alma sobre el que se asientan las ideas que otros sacan de su cabeza.

Escojo entre los proyectos que llegan a mí prestando atención tanto al placer que vayan a proporcionarme sobre el escenario como a la luz que puedan arrojar a este mundo, siempre plagado de guerras y disputas. Por esta razón, nunca realizo mi trabajo con desgana, pues considero el escenario como un lugar sagrado para estos tiempos.